La creciente importancia de los costes indirectos en las decisiones de inversión ha cambiado la forma de considerar el coste total.
En las decisiones hay que tener en cuenta otros costes, no sólo el de adquisición.
Esta tendencia se ve reforzada por el aumento de los costes del consumo de energía y de las piezas de repuesto. Por ello, algunas industrias han empezado a tratar los modelos de ciclo de vida como parte de la gestión estratégica de costes.
¿Qué son los costes del ciclo de vida?
El cálculo del coste del ciclo de vida (del inglés, Life Cycle Costing) es la suma de todos los gastos incurridos desde la adquisición hasta el desmantelamiento y la eliminación de la máquina o el equipo.
Es una técnica utilizada para garantizar que el coste de toda la vida útil de un activo sea lo más bajo posible.
Genera una importante información de alerta en caso de que los costes de mantenimiento o los gastos de explotación sean elevados.
Por lo general, los propietarios, directivos y empleados tienen que tomar decisiones sobre la adquisición y el uso continuado de sus activos, incluida la necesidad de piezas de repuesto y de un lugar adecuado para su instalación.
El coste de capital inicial de la adquisición de un activo suele definirse objetivamente y es un factor clave que influye en la elección del activo, teniendo en cuenta las alternativas de selección.
Sin embargo, es sólo una parte de los costes a lo largo del ciclo de vida de un activo.
Dicho esto, se hace necesario este proceso de identificación y documentación de todos los costes implicados a lo largo de la vida de un activo.
El coste total de propiedad de un activo suele ser muy superior al coste de inversión inicial y puede variar entre las distintas soluciones presentadas para una misma necesidad operativa.
La consideración de los costes a lo largo de la vida útil proporciona una base sólida para la toma de decisiones.
A partir de esta información, es posible:
- Evaluar los requisitos de las futuras necesidades de recursos;
- Evaluar los costes de adquisición de las posibles alternativas de inversión;
- Decidir cuál es el mejor proveedor para el activo elegido;
- Contabilizar los recursos utilizados en el pasado y en el presente;
- Mejorar el diseño del sistema de producción (modificando la necesidad de mano de obra y energía a lo largo del ciclo de vida);
- Optimizar el apoyo operativo y de mantenimiento;
- Evaluar cuándo los activos llegan al final de su vida económica y si es necesaria una modernización.
La metodología del coste del ciclo de vida
El ciclo de vida consta de varias etapas, detalladas en un artículo anterior al que se puede acceder aquí y que se ilustra a continuación.
La vida útil de un activo puede determinarse por su capacidad para suministrar productos o servicios con la calidad esperada.
Esto significa que los activos pueden quedar obsoletos antes de llegar a la fase de eliminación, al no cumplir con el rendimiento de calidad esperado.
Los cambios normativos, la inviabilidad económica motivada por cambios tecnológicos o los cambios en el cliente final, también pueden ser motivos de obsolescencia.
Objetivos de la metodología
El análisis del coste del ciclo de vida puede realizarse en cualquiera de sus fases. Puede proporcionar información para la toma de decisiones relacionadas con la planificación, la compra, la instalación, el funcionamiento, el mantenimiento, la renovación y la eliminación de activos.
- Los objetivos del cálculo del coste del ciclo de vida son:
- Identificar los atributos que más influyen en el coste del ciclo de vida para una gestión eficaz;
- Definir el flujo de caja necesario para el proyecto;
- Minimizar el coste total de la adquisición y de la infraestructura en la que se instalará el activo;
- Apoyar la toma de decisiones de gestión durante cualquier fase del ciclo de vida del activo.
El proceso de identificación del coste del ciclo de vida de un activo puede ser tan simple como una tabla de costes anuales previstos o puede ser un modelo complejo que aborde posibles escenarios basados en costes futuros.
El alcance y la complejidad del análisis deben reflejar la complejidad de los activos analizados, la capacidad de predecir costes futuros y su importancia para la decisión de la organización.
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