Para tener un PPCM (Planificación, Programación y Control del Mantenimiento) bien estructurado en la planta, es necesario tener la respuesta a la siguiente pregunta:
¿Qué activo o activos de la planta son los que causarán la mayor pérdida de producción en caso de que fallen?
En este texto, conozca más sobre uno de los modelos de matriz de criticidad de activos y la relevancia de su uso en la gestión de mantenimiento de su industria.
¿Qué es la Matriz de Criticidad?
En una planta, es necesario identificar cuál o cuáles son los activos a los que debemos prestar más atención debido a su relevancia para el proceso como un todo, así como cuál es el activo que no impactará negativamente en la producción si presenta alguna falla funcional.
Para ello, la herramienta que ayuda a identificar la relevancia de estos niveles es la matriz de criticidad. En ella, es posible definir la clasificación de estos activos en orden alfabético, siendo los principales: A, B y C.
La función principal de esta matriz de criticidad es auxiliar en la definición del nivel de evaluación de impactos negativos a los procesos productivos, en caso de que un activo presente falla funcional y necesite mantenimiento. La base de evaluación son criterios y parámetros como pérdidas de producción, impacto en la seguridad, medio ambiente y otros aspectos, donde cada criterio tiene el peso que direccionará la criticidad del activo.
Una vez determinada la criticidad de cada activo, podemos definir estrategias de mantenimiento, y así, establecer la operación ideal de máquinas y equipos, objetivando el sistema productivo lo más próximo posible de su capacidad nominal.
Interpretación de la Matriz de Criticidad – Clasificación de los Activos
Activos Clase A: son aquellos de los que no podemos apartar la vista, cuyo impacto en la producción es muy elevado.
Los activos de criticidad A requieren estrategias de mantenimiento robustas para evitar fallas funcionales, así como un estudio RCM.
Activos Clase B: son aquellos cuyo impacto en la producción es medio y en los que generalmente podemos trabajar con mantenimiento preventivo, siguiendo una planificación previa y con base en intervalos de tiempo definidos o según criterios preestablecidos.
Activos Clase C: son los que tendrán bajo impacto en la producción o no tienen impacto directo. Normalmente, en este tipo de activos se trabaja con acciones correctivas, referidas a reparaciones que se realizan en una máquina o equipo que ha dejado de funcionar.
Obviamente, estas estrategias pueden ser cambiadas de acuerdo con el contexto operacional en el cual el activo está insertado y, en este sentido, su criticidad también puede cambiar dependiendo de este mismo contexto.
Es responsabilidad del gestor del PPCM prestar atención a estas cuestiones dentro de la Planificación, Programación y Control del Mantenimiento.
Un plan de mantenimiento bien elaborado y eficaz debe tener en cuenta la criticidad de cada activo.
Y, una vez hecho el análisis de criticidad, también tenemos base para elaborar, definir y priorizar las estrategias de mantenimiento que se aplicarán en cada máquina/equipo.
Mantenimiento predictivo mediante monitoreo remoto en línea
Con el objetivo de aumentar la fiabilidad de los activos, una estrategia interesante es el monitoreo en línea de la vibración y la temperatura para identificar fallas potenciales y tomar medidas asertivas para eliminar la posibilidad de que esta falla evolucione a una falla funcional.
Un sistema eficaz de monitoreo predictivo aporta la ventaja de anticipar modos de falla y pérdidas de producción, utilizando datos y previsiones del estado actual del activo, ayudando al equipo de mantenimiento con la planificación de acciones de intervención oportunas.
La Solución Dynamox es una herramienta robusta que cuenta con sensores, gateways y software de mantenimiento, desarrollada para apoyar a los equipos en estos procesos de análisis y toma de decisiones basadas en datos.
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